LIBRO ROJO (BLOG CERRADO)

lunes, octubre 31, 2005

Verso remitido

(¿Disonancia? ¿paradoja?)

¿Entiende usted la diferencia
entre una carta y un poema?
La primera tiene destinatario,
se escribe mientras llueve,
mientras el silencio ahoga espacios,
cuando quiero que sepas que te extraño,
que te necesito, aquí
en este relieve irregular,
húmedo y seco,
mar y desierto.

La carta es formalidad,
es tiempo dedicado,
es sinápsis de tu memoria,
humildes hojas de cuaderno
con el excelso sentimiento,
con mis trocitos de amor
-que a veces sí importan-
y con una flor
que cuando llega ya está marchita,
una flor que vivió con tu nombre,
que murió entre mis letras
que no hicieron más que tratar de revivirla.

Un poema es confuso,
tiene tantos destinatarios
que muchas veces pierde el sentido.
Mi poesía es depresión,
es soledad en el largo camino.
No quiero llenarte de soledad
ni llevarte a mi tumba cotideana,
quiero que rías
que seas una mujer valiosa,
y contemples el cielo claro
de mi Atacama estrellado,
con la saciedad de dicha
y dulzura
que me hiciste descubrir
-cuando destruí la ansiedad
de una larga noche en estas piezas-

Por eso te quedas con mis cartas
y no con mis poemas.
Te quedas con mi austeridad,
no con mis tinieblas,
así que no fecharé esta hoja,
ni la extenderé para ejecutar
dobleces finos y exactos.
No irá a un sobre.
No irá a correos.
No llegará a tu puerta.

Esta carta
se queda aquí conmigo...

sábado, octubre 29, 2005

Himno silencioso para Sofía (que duerme)

(Gracias Ahlely...)

No te despertarán mis teorías
de mundos caóticos
y de desigualdad social.
No te despertarán mis alaridos
de desamor
de espera
de último cantar.
No te despertarán mis angustias
mis deseos de volar.
No te despertarán mis esperanzas
que algún día te impidan caminar.
Seguirás durmiendo
entremedio de mi habitación desordenada.
Seguirás esperando abrir los ojos.
Sofía, mi pequeña
pronto sabrás que tu padre te espera,
pronto descubrirás el frío del desierto,
el mar golpeando la arena,
la última gota de humedad
en la ventana,
pronto descubrirás la vida
en estas tierras.
No te despertarán los silencios
de mis amores olvidados.
No te despertarán las funestas puertas cerradas
ni las colas de los bancos,
no habrá hambre que te impida vivir,
no habrá cielo lo suficientemente alto,
mi niña... yo seré su trampolín,
que la lleve hasta el infinito,
hasta donde mis versos pequeñitos
nunca han llegado,
nunca han conocido.
Duerme en este mundo ficticio,
donde no hay guerra,
donde no hay hambruna,
donde no hay saledad
sólo hay una cuna y tu papá
que te cuenta historias locas
sin principio ni final.
No te despertarán mis poemas
ni mis ronquidos que odiarás.
Aún duermes
y no hay mujer
que te haga despertar...

jueves, octubre 27, 2005

Poesía inconclusa

Poesía inconclusa te traigo,
te ofrezco, te explico, te canto.
Palabras que empiezan con amor
y terminan a medias.
La herida que no sangra,
sino grita.
Lo que no alcanza a salir de la boca,
lo que termina negro y torcido.

Poesía inconclusa te traigo,
papeles sin importancia
que decoran todos mis recuerdos,
más días de mierda
para esta vida inconclusa,
más silencios con eco
para ese beso inconcluso,
más cuadernos de colores
para ese libro inconcluso.

Poesía inconclusa te traigo,
te ofrezco, te explico, te canto.

El arte de no saber lo que pasa
me pinta el camino amarillo,
la intención ad infinitum,
la nostalgia de lo que aún continua.
Espacios vacíos,
espacios en blanco,
lo que no tuvo la suficiente importancia,
lo que no cabe en el tiempo
ni en la memoría.

Deudas de palabras
caracteres flotantes huérfanos,
el sentimiento cortado,
ensamblado y vomitado,
lo que no alcanza a ser poesía,
las mejillas rojas,
la verguenza ajena,
alfileres que sostienen oficios
que terminan cayendo,
cantando versos en el basurero.

Poesía inconclusa te traigo,
te ofrezco, te explico... te canto.

jueves, octubre 13, 2005

200 pesos

200 pesos cuesta
que mi padre me pregunte cómo estoy.

Dos monedas sirven
para saber si aún vivo, si hoy no estoy triste.

Yo, de monedas, sé algo,
sé que depositándolas en la ranura correcta
puedo hablarles
y ustedes pueden responderme:
"estoy bien", "necesito que vengas", "¿te tinca salir un rato?".

200 pesos cuesta
que me pregunten si no estoy falleciendo
y estaré feliz.

Podría pagar algo de la Universidad
si estos años de monedas hubieran ido
directo a la caja
(claro, pensándolo bien...)

200 pesos.
Esa es mi tarifa.

¿Estaría dispuesto a pagar 200 pesos?

No me responda

Total, el teléfono seguirá mudo.

Mandatos

(1/10/2005)
Tú no tienes la obligación de llamarme.
Yo tengo la obligación de llamarte.

Tú no tienes la obligación de escucharme.
Yo tengo la obligación de escucharte.

Tú no tienes la obligación de recordarme.
Yo tengo la obligación de recordarte.

Tú no tienes la obligación de preocuparte
por mi vida, mis emociones, mis llantos y mis miedos.
Yo tengo la obligación de preocuparme
por tu vida, tus emociones, tus llantos, tus miedos,
tu ausencia, tu silencio y tu malestar.

Tú no tienes la obligación de abrazarme.
Yo tengo la obligación de abrazarte.

Tú no tienes la obligación de sacarme de mi estado depresivo.
Yo tengo la obligación de sacarte de tu estado depresivo.

Tú no tienes la obligación de buscarme.
Yo tengo la obligación de buscarte.

Tú no tienes la obligación de besarme.
Yo tengo la obligación de besarte.

¿Sabes por qué?
Porque este PUTO corazón me obliga.

lunes, octubre 03, 2005

Indigo

(26/9/2005)

Indigo quiere suicidarse
sonríe para la foto
-como le enseñaron-

Les traigo sonrisas,
dice o trata de decir.
Salta, corre, grita.

Se dilata la pupila
y empiezan las preguntas
¿te sientes feliz ahora?

Aura que aguacha perros
suelta mandíbulas,
deshace puños cerrados.

Implota algo allí adentro,
comienza la cuenta regresiva
que termina en ataúd

o bajo el agua.

Indigo quiere suicidarse.
No le toca plato
al que reparte comida.

Vous comprends mon amour?
C'est la vie
en el mismo infierno.

Coronta desdentada
en el plato de cazuela
y se repite el choclo.

Sacándole dientes a los días,
repito salvataje suicida
con rostros consecutivos.

Fantasma de Ghandi
me informa en vivo y en directo
que alguien acaba de morir

... pero fallece en diferido.

Indigo quiere suicidarse
rodeado de romero,
perfumado en llanto.

¿Para qué tantas sonrisas?
todos pálidos, fomes y desabridos,
sin un centímetro de esperanza en el cuerpo.

Puñalada en corazón, sí me quiere.
Puñalada en cabeza, no me quiere.
Puñalada en ombligo, me confundoooooo.

Plegaria para San Expedito
que descanza aquí a mi lado
-estamos pelando al padre Hurtado-

Reset please
push my button.
Normal, tonto y bruto

antes que genial y destrozado.