LIBRO ROJO (BLOG CERRADO)

viernes, diciembre 16, 2005

Canción para abolir los sentidos

Simbolizas con tus labios
la escuela que nunca me quiso.
Quería dejarme solo,
sin juguetes,
ni amigos.

Quiso condenarme a la locura,
volverme sal o verduras sin aliños.
Prometió hacerme crecer.
Me hizo correr detrás de un hueso,
mientras el viento
movía mi lengua traviesa.
Soy un número
y simplemente otra mochila.

"Eres muy precoz para pensar en eso"
dijo con la inquisición en la retina,
me sedujo, me sentó en la silla,
me encarné a mi escritorio.
Abrí mi sistema a Maturana, a Hovland,
a Morley y Derridá.
Me volví francés
o quizás autopoético,
o sólo francés,
mientras encuentra su auto incendiado.

Profundicé en el humano,
me puse triste con todas sus tristezas,
me olvidé del espejo,
me envolví en papel de regalo,
me lastimé con un cuchillo,
pasé la lengua
por los bordes de las mesas.
Desafié a un perro
por un pedazo de carne.
me volví adicto al fútbol a distancia
-en la TV-

Todo el mundo fue mejor que yo.
Más sofisticado,
con bombacha y bufanda.
Más atractivo,
con automovil y poto parado.
Más cautivo,
con tarjeta de crédito.
Más inverosimil,
con la biblia detrás.
Más troglodita
con muchas botellas
y mucho que amar.

Simbolizas con tu pelo
la ciudad que siempre me odió.
Eres una salvavidas
de acero...
¡NO!
de cobre!!!,
con espinas,
con velas y ofrendas,
santa Coca,
pégame un tiro
y luego corre.
No hay autos en la avenida
es viernes y un poco más.
Pletóricamente, dame un beso,
creeré algún día que fue por amor.

Y así, como cuando alguien toma una flor
y la descuartiza para vivir de pétalos irrisorios.
Tomaré mis sentidos y un pedazo grande de emoción
y los quitaré
uno por uno sin dolor.

Primero será la alegría,
no le daré el gusto de sonreírle a nadie.
Luego la tristeza,
no hay por quien sufrir,
llorar es mucho esfuerzo para mí.
El amor, claro,
sinceramente, no lo necesito.
La ilusión,
obedezco sólo a cifras y proyecciones.
Canciones románticas en inglés,
quizás el mandarín es más rentable.
Misericordia,
para que por fin aprendas a sobrevivir.

Y por último
las palabras,
para que no tenga que decirte:
"te...

lunes, diciembre 12, 2005

25

En mi mundo
sí importa
cuando alguien cae.
Importa fruncir el ceño
cuando se abrazan las piernas.
Cumpleaños feliz, escuchas.
Me pregunto
¿hay algo más triste
que un hombre sin sonrisas
en el día de su cumpleaños?
Ya son 25...
No puedo llevarte a casa,
un camión de amigos ajenos,
un millón de regalos caros,
un sinfín de sonrisas falsas.
Aprieto dientes contra dientes,
porque se siente solo.
Yo hoy le digo,
"no sufra"
permítame conversar con usted.
Total, son 25 años...
Un inicio es un inicio
cuando se empieza
¿no es obvio
o más bien estúpido?
¿cuándo se empieza?
Yo otorgo el balazo de partida,
el puntapié inicial
y el corte de cinta.
Cae mi generación
victimizada por el mundo,
rendida ante lo pagano.
Un gigante ciego
que pisa hormiguitas coléricas,
cucarachas lacrimógenas,
gusanos pesimistas.
Es mejor refugiarse
tras 800 X 600 motivos
de 32 bits de indiferencia.
Mis papis me enseñaron
cuando pudieron hablarme
-recuerdo-
que bajo muros es más seguro,
con candado es más sano,
oscuridad para recatar,
cúpula es hogar dulce hogar,
millones de pesos adentro,
porque te pueden matar allá afuera.
Pero yo
me asesino en espacios cerrados,
en privado.
No puedo tocarte amigo,
no puedo secar lágrimas.
Abrazo de cumpleaños,
quiero,
en serio que quiero,
no me dejes solo
otra vez.
Se es un genio en la miseria,
un buen hijo en la pobreza,
ejemplar joven en el sufrir,
héroe de manos vacías.
No hay recompensa.
Nunca.
Jamás.
Se calla con tierra,
se cae en la arena,
se muere de frío.
Cambio desde hoy,
su ciudad,
amigos,
miedos,
pastillas,
PC,
familia,
recuerdos
y amores
... por una sonrisa.
Cambio 25 años
por una sonrisa.

sábado, diciembre 10, 2005

Cartas

Se sangra lo suficiente
en cuadrículas
de manuscritos añejos.
Me pierdo en lo narrado,
carcome mi corazón rústico,
acumulo voces y gestos.
Cartas:
papeles manchados de sentimientos.
Puertas a un punto muerto,
felicidad estática
que se guarda bajo llave.
Tesoro incalculable de la vida,
marco teórico para el fallecimiento.
Tú, de verdad,
sin vestidos de arrogancia.
Campanas de sobrexistencia,
para el paseo nupcial,
el olvido y el recuerdo.
Una sinfonía de tu tiempo
en sepia o blanco y negro.
Cartas: parodia del presente,
romances del pasado.
Registro no vocal
para el beso y el olvido.
Rosas marchitas entre las páginas,
firmas de sangre y desamor.
Un instante de repudio,
un momento de dolor.
No he quemado ninguna carta,
me incitan, a lo bonzo,
a excretar el esplendor.
Para que no me olvides
te escribo esta noche.
Para que me olvides,
te escribo al amanecer.
Pretendo volverte loca
amándote y no.
Publica mis cartas ahora,
que ya no interesa si fue aquello
o fue canción.
Se sangra lo suficiente
en celulosa manchada.
Corte de hoja,
capullo blanco en el basural.
Te quedas aquí y punto.
No te me irás sin leerte bien.
Cartas:
pedazos de mi alma,
incineradas en el jardín.