LIBRO ROJO (BLOG CERRADO)

sábado, julio 30, 2005

Cómplices

(Obra realizada para una muestra fotográfica
sobre la toma de la UCN)

¿Sabes qué quiero ahora?
Quiero descanzar en mi cama,
sentir que es MÍ propiedad.
Que me puedo morir en ella
... si yo quiero.
Quiero ver a mi familia,
quiero ver a mis amigos,
estar a miles de kilómetros
de este piso frío
que no me ha dejado dormir ninguna
puta noche.

Quiero sentirme bien
... en casa,
pero aquí estamos señoritas,
señores, señoras,
niños y niñas
y la tropa de pacos que están afuera.
Aquí estamos,
defendiendo nuestro derecho a ser mejores,
nuestro derecho a no estar de acuerdo.
A no ser los pobrecitos
niños buenos que dicen SIIII!!!
a la política de puertas cerradas.
Que dicen SIIII!!!
a la deuda que te va a matar
... algun día.
Que dicen SIIII!!!
a todo lo que ellos digan,
porque calladito se ve más bonito
y aprovecho de sobarle el lomo
y decirle
"¡¡Qué bien está todo!!"
"¡¡ Qué felicidad más grande
la de ver a mis primos,
manejando microbuses,
vendiendo seguros,
para pagar los sueños rotos,
de ser ingeniero,
de ser acuicultor,
de saltar de la pobreza
a la esperanza!!"
¡¡Y la esperanza también se paga...
y se paga caro!!!

Pero nosotros bien ¿no cierto?
y eso es lo que interesa

Nada de esto es mío,
no es mío el pasto,
ni los juros,
ni las pizarras,
ni las mesas rayadas,
ni las sillas defectuosas,
ni los computadores en desuso,
ni el agua con arsénico
... ¡ni siquiera el arsénico!
Estoy cuidándole la casa señor,
le estoy limpiando los pies
y cortando las uñas.
Me acusa de insensatez,
quiere que la gente crea
que somos unos monstruos ilustrados
que lo tenemos todo
y queremos más.
Somos los futuros hombres malos
que dejan sin pagar,
que despiden sin motivo,
que vacacionan en el caribe
con activos gubernamentales
o el sobresueldo de octubre.

No tengo ganas de nada,
luego de ser ignorado,
difamado y ridiculizado
por aquellos que gozan del bienestar.
Veo a mi ente muerta de frío,
con hambre e incertidumbre
cuidando la puerta sur
o tratando de olvidarse de todo
borrando paisajes
a través de la botella de cerveza.
No tengo ganas de nada,
pero debo hacerlo,
porque es nuestro mundo
el que se nos va de las manos.
Es la garantía usurpada
en manos de privados
y golpeada en la espalda
por aquellos que estudiaron gratis
en los jardines del Edén,
allá afuera, en el mundo libre.
Mientras aquí,
apuntaban los rifles a las cabezas.

No hay lección más grande
que luchar por lo imposible,
por darlo todo por los sueños,
por luchar por lo justo,
con todo el mundo en su sano juicio,
con todo el mundo en sus hogares,
con todo el mundo cómodo,
mirando cómo luchan en la TV,
mirando el mundo por la ventana,
sonriendo con la taza caliente.

Quiero agradecer el sacrificio
de aquellos que, como su servidor
pueden trabajar por lo intangible,
lo suficientemente desquiciados
como para creer
en la justicia,
en la equidad social,
en la participación,
en la utopía e la verdad
de la educación para todos.
No quiero las boletas del banco
porque fracasé queriendo ser alguien.
Le estoy pagando para ser mejor
y usted se hace más y más grande.
Los alimentamos
dejando nosotros de comer.
¿Cómo no se dan cuenta
que tendremos que mantener todo
tal cuál como es?

Finalmente basta saber
que la indiferencia es complicidad
para este mundo enfermo.